QUIÉN DECIDE LO QUE SOMOS.

aguspatron-banner-esencia.jpg

Creo que uno de los grandes desafíos con lo que nos encontramos quienes queremos llevar una vida creativa es la aceptación. La idea de sentir que pertenecemos a un grupo de selectos artistas que saben lo que hacen y saben cómo hacerlo rondó mi cabeza durante mucho tiempo en mis comienzos, busqué por todos lados ese grupo selecto de artistas y profesionales consagrados para tratar de entender qué tan lejos estaba de poder llamarme a mi misma “artista” y ¿saben qué? no lo encontré.

Por el contrario, me encontré con un mundo amplio, lleno de belleza, con caminos de otros artistas a quienes admiro y que sin conocerlos me inspiraron con su trabajo y con su manera de trabajar y otros con los que por alguna razón no resoné en ningún aspecto. Y acá está mi mayor descubrimiento: Están los que consideramos mejores y no tan buenos, y en el medio hay una enorme variedad en la que hay lugar para todos. Y dejé de buscar y me comprometí con mi trabajo y con lo que para mí es importante en un artista. No somos artistas porque alguien decide si entramos o no en un determinado mundo, sino porque consistentemente hacemos nuestro propio camino para estar ahí.

Son incontables las veces que el miedo a no ser suficiente me llevó a la sofocación artística. Por miedo dejamos de hacer lo que nos hace bien y no nos permitimos crecer en nuestra vida creativa y como personas. Imaginamos escenarios en los que no somos suficiente, que nos llevan a dejar de crear y eso es un desperdicio. La verdad es que la realidad es menos horrible que lo que el miedo nos hace sentir. Por supuesto que en el camino nos vamos a encontrar con situaciones de sabor amargo pero con el tiempo aprendí que incluso esas situaciones se convierten en material para nuestra creatividad.


No se puede crear desde el miedo. Es real que muchas veces no nos sentimos preparados para crecer y dar el siguiente paso, pero la otra cara del miedo es la confianza, y ahí hay tierra fértil.


La única razón que encuentro para ser creativa es encontrar mi condición humana en esa situación. Me acerca a lo que soy en ese preciso momento y a lo que puedo aportar al mundo. No tiene que ver con la expectativa de lo que otros creen que puedo hacer con mi trabajo, sino con lo que yo siento que quiero hacer. Y esa búsqueda interna es lo que nos lleva a insistir en una vida creativa, nutriéndonos de diferentes técnicas, experiencias, maestros y situaciones que uno mismo decide incorporar. Pero LO CENTRAL es que el sentido, la magia y el propósito nadie lo vuelca en nosotros sino que está en uno mismo.


Si estas leyendo este post y por momentos sentís que necesitas la aceptación de otros para hacer lo que te gusta, creo que hay dos opciones: alimentar el ego o crecer como persona a través de tu arte. Y estoy segura que al final del día todos buscamos crecer, aunque eso implique hacerlo a los tropezones. Todos sabemos que crecer duele, pero quedarse en el lugar equivocado también. Y la manera de salir de ese lugar es siendo honestos y compasivos con lo que sentimos, confiando en que lo que hacemos es importante y le aporta una belleza al mundo que sólo nosotros podemos dar. Al menos yo no conozco otra manera.


Si crees que esto le puede servir a alguien, sentirte libre de compartirlo. Y si de alguna manera resonó con vos, me encantaría leer lo que pensas en comentarios.

Gracias por pasar :)


 
Logo 2019-01.png